sábado, 20 de diciembre de 2008
miércoles, 3 de diciembre de 2008
En plena montanera
lunes, 1 de diciembre de 2008
Que no te pille una!
jueves, 27 de noviembre de 2008
Qué frío, frío
Aunque de refilón, nos ha llegado el frío polar. No con la intensidad que presagiaban las noticias de los telediarios. En mi jardín el termómetro de mínimas no ha bajado de -2 grados.
A media mañana, con el sol dando de pleno, el frío ni se nota. Eso sí, cuando sopla el aire la sensación es horrible. Sin embargo, estos aires vienen estupendamente para que se caiga la bellota. Ya esta tarde las encinas tienen debajo un buen manto cubriendo el suelo. Los más contentos son mis cerdos, cuando vienen a dormir por la noche traen la tripa que pega en el suelo.
La imagen de arriba la tomé ayer en el jardín desde la ventana del salón. Con el frío se acelera el color de las hojas y su caída. Los partenocisos que cubren la pared trasera de la casa y la del patio han perdido las hojas en dos días, no doy abasto a barrer. Me servirán de acolchado. Cuando empezé a plantar el jardín, hace diez años, por ahora, me traía sacos llenos de hojas de roble para acolchar los arbustos. Hoy no me hace falta. La caída de la hoja del arce, de los lilos, partenocisos, cornus, y demás arbustos, me hacen el trabajo de antaño. El acolchado con las hojas es una buena protección para el invierno, protege el suelo de las heladas, y por tanto las raíces, y después en primavera, ya descompuesto, sirve de abonado. Además impide el crecimiento de malas hierbas, aspecto no menos importante. De hecho, en las zonas de nueva implantación es lo que más valoro. En éstas, mantengo el acolchado durante todo el año a base de los restos de la siega del césped, sobre todo en verano. Casi todo son ventajas con esta práctica. Entre sus inconvenientes, el más importante, que sirve de refugio ideal a los topillos, aunque este año parece que están bajo control, de momento!.
lunes, 24 de noviembre de 2008
Los colores del jardín
Este cotinus está en su mejor momento, y es que poco antes de perder las hojas, éstas pasan del rojo oscuro al escarlata, ofreciendo una imagen imponente. Y el heléboro de arriba tiene ya formados los capullos de sus flores, que saldrán en pleno invierno. La kerria vuelve a estar bonita, y no por sus flores, las hojas han tomado un precioso color amarillo.
Rincones con encanto
Moscosa tiene un montón de sitios especiales, rincones con encanto los llamo yo, me gusta ir allí de vez en cuando, sentarme en una piedra y mirar alrededor. Tienes la sensación de estar en un sitio mágico, y dan ganas de plantar la tienda y quedarte. Estas fotos las tomé ayer en uno de ellos. No hacen justicia del sitio, una naviza orientada al suroeste, cerrada por el norte y sureste por grandes bloques de granito. En ella crece uno de los poquitos quejigos que hay en Moscosa, el de la foto de arriba, ya sin hojas, y al otro lado, enfrente, un montón de endrinos, tampoco muy abundantes, sólo los hay en tres lugares. Algunas matas de rusco creciendo entre peñas, y unos robles preciosos ahora en otoño. La encina de abajo saliendo de entre las peñas y las moles de granito cerrándolo todo y protegiéndolo. Inclujso de las miradas, porque un camino pasa cerca desde el que no se ve nada, ni siquiera se adivina lo que allí se encierra. Es una nava muy cerrada, y realmente preciosa.
domingo, 23 de noviembre de 2008
Tiempo de contrastes
El otoño es tiempo de grandes contrastes, contrastes de colores, de texturas, de temperaturas, contrastes de todo. Nada como pasear una mañana por el campo para apreciarlos. Las encinas cargadas de bellotas ya maduras, con sus colores marrones destacando entre las hojas verdes, los robles salpicando el monte de grandes manchas amarillo-anaranjadas y ocres, rojos anaranjados de los escaramujos, azules violáceos de los endrinos, el suelo verde tapizado por hojas y hierbas secas, en fin, una mañana de sol que invita al paseo y otra de niebla para no salir de casa.
sábado, 22 de noviembre de 2008
martes, 11 de noviembre de 2008
Otro de mis jobis
No todo va a ser jardín, de vez en cuando pinto piedras. Las pequeñas tienen un montón de años, más de quince. Son piedras de playa, de cuando vivía en Alicante y nos bañábamos en la de Villajoyosa, de piedras y no de arena. A mí la playa me aburría bastante, así que una vez que mis hijos fueron un poquito mayores y ya no necesitaban tanta atención, dedicaba el tiempo playero a recoger piedras. No sabía qué hacer con ellas hasta que se me ocurrió pintarlas. Al principio pequeñitas, meramente decorativas, luego más grandes, de pisapapeles, buscando una utilidad. Habré pintado unas cincuenta, quizás más, todas diferentes, aunque en casa no conserve mas de quince, las demás han ido quedando por el camino sujetando los papeles de los amigos. La más grande la de mi amiga Marisa, un pedrusco con el que tropezarse en el suelo. Ahora las recojo en el río, que lo frecuento más. Tienen la superficie menosa suave que las de playa, y son más oscuras, pero son de tamaño más grande. Las mejores las recojo en las graveras del río Cinca en Grado, cuando mi marido, aficionado a la pesca de cola de rata, pesca en el intensivo los miércoles. Este verano vine cargada con muchos kilos de piedras, para entretener las largas noches de varios inviernos.
domingo, 9 de noviembre de 2008
Los robles van al sastre
Sí, en pocos días los robles están cambiando de traje. Han dejado el verde y lo están cambiando por el amarillo pajizo, y el encinar aparece salpicado de manchas por aquí y allá. Y es que por Moscosa pasa la raya del roble, de tal forma que en la mitad oriental ni uno, pero en la otra mitad la encina comparte mesa y mantel con el melojo. Quercus Pyrenaica como nombre de pila.
Creo que de todas las especies de robles, es el más resistente a la sequía. Dentro de poco la hoja se secará, pero permanecerá en el árbol durante bastante tiempo. Algún año he llegado a ver la hoja seca en el árbol hasta el momento de hincharse las yemas, en primavera.
Este año, tanto encinas como robles están especialmente atractivos, y es que debido a las lluvias abundantes del final de la primavera, durante el verano no han padecido estrés hídrico, y se nota en el follaje, abundante, y de buen color. Está cambiando el verde, despacio, sin premura. Pasear por el monte en otoño es un nuevo goce para la vista.
viernes, 31 de octubre de 2008
Más vale tarde que nunca
Por fin nos llovió. Un día de fábula, buena temperatura y agua bien caída, de invernizo, para que el suelo la aproveche toda y no se nos escape ni una gota. Hay que ver lo que suspira una por el preciado líquido en cuanto se pasa un tiempo sin llover.
El jardín se mostraba hoy rico de color. Parece que el frío de días pasados y ahora el agua, lo han teñido de rojos y amarillos. Esta mañana me quedé un buen rato ensimismada, mirando por la ventana cómo llovía. Empecé a soñar con el ajardinamiento de todo el pueblo, ya veía yo el bosquecillo en la esquina de abajo, el pinar a la izqda de la iglesia, .... Todo muy fácil si no fuera por la falta de agua en verano, por la necesidad de preveer el riego antes de plantar nada. Más aún, es la escasez de agua la que determinará las plantaciones. Un auténtico quebradero de cabeza. A mí que me encantan las plantas, la variedad de plantas, he llegado a la conclusión de que no. Unas pocas bien escogidas, resistentes, y en abundancia. Dar cuerpo al jardín con pocas especies y algún ejemplar especial. Lo del jardín inglés se queda para el norte, donde no necesitan pensar en el riego porque de él se ocupan los angelitos del cielo. Aquí hay que pensar en varias cosas fundamentales a la hora de planificar un ajardinamiento, necesidad de sombra y frescor en verano, protección contra el aire frío en invierno y ahorro de agua como sea en cualquier estación, lo que incluye aprovechar al máximo la que cae y no malgastar la poca que solemos tener.
jueves, 30 de octubre de 2008
¡Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva..!
Y que llueva a chaparrón, con azúcar y turrón. Porque lo que es agua, aquí ni gota. Me hartaré de cantar la cancionzita, pero descuida, que no nos lloverá. Lo que son las cosas, por ahí no tan lejos inundaos, y nosotros aún suspirando por el agua. Y es que de Salamanca hacia el oeste han caído sus buenos sesenta litros en este mes que acaba, repartidos, estupendos para una buena sementera. Pero aquí ná de ná. No han pasado de quince. Lo mínimo para que naciera la "yerba".
Mis vacas, las pobres, a base de forraje de veza con avena. La alegría del verde les duró poquito, una semana. Así no habrá problemas, cuando tenga que volver a encerrarlas las semana que viene, para revacunar de lengua azul. Tiemblo. El saneamiento se saldó con una ternera de dos meses muerta a los tres días, como consecuencia de una cornada en el mueco, que le propinó una vaca. Los veterinarios la cosieron, pero inútil, se le había salido la tripa y mortal. Algo parecido me pasó hace dos años con un potro que se enganchó con una cerca. Entonces fue fulminante, no dio tiempo ni a coser.
Habrá que esperar a la primavera para contemplar imágenes como las de arriba, mis animales retozando en el verde.Y encima de no llover, un frío!!! A toda prisa tuve que poner a resguardo mis fushias antesdeayer. Las he metido sin más en casa, ahora poco a poco iré preparándolas para el invierno. Me resisto, poque algunas están preciosas, en su mejor momento, llenas de vegetación, de flores, capullos.. Una pena. En el patio el termómetro solo bajó a cero grados, pero mejor prevenir que curar.
sábado, 18 de octubre de 2008
Hiedras 2
miércoles, 15 de octubre de 2008
Mosaico de hiedras
Doce variedades de hiedra tengo en mi jardín. Salvo una, todas las demás las he comprado en pryca, a lo largo de varios años. Son variedades de hoja pequeña, que plantadas en el jardín han adquirido gran tamaño, y en pleno verano aportan gran frescor. En unos casos cubren la tierra debajo de arbustos, y en otros trepan por las paredes de la casa, cubriendo toda la pared. También tengo una hiedra silvestre, traída del Pirineo Aragonés.
viernes, 10 de octubre de 2008
Dilemas otoñales
Es lo que tiene el otoño, un día te congelas, ganas te dan de encender ya la chimenea, y al día siguiente, como hoy, un calor! -no voy a decir que de agobio-, porque sales a la calle y te da una bofetada de calor que se agradece.
Aquí esperando que nos llegue algo de la gota fría levantina, para ver si los pajizos se tornan en verdes, no tanto por anhelos paisajísticos ni estéticos, más bien por necesidades más prosaicas, como que mis vaquitas coman algo más nutritivo que el henasco seco con tacos, y que además no me cueste dinero.
La semana que viene tenemos saneamiento, segunda vuelta, y por tanto, solo sangre, pero como la dicha no puede ser completa, hete aquí la vacuna de lengua azul, y tener que volver a encerrar el ganado antes de un mes. Qué hacemos con las vacas? Las dejamos donde están, que no comen ná de ná, comiendo el henasco con tacos, o las sacamos al cercado guardadito para ellas y luego no hay quien las encierre porque ya no tienen hambre?La solución la semana que viene.
jueves, 9 de octubre de 2008
Primeras flores otoñales
Son ciclámenes que planté hace años y que cada otoño surgen como de la nada. Son flores minúsculas que preceden a las hojas moteadas, aparecen en cuanto caen las primeras aguas. Fueron unos cuantos bulbos que hoy se han convertido en un montón, diseminados por todo el jardín. Se han ido extendiendo gracias a una curiosa fórmula, cuando se forman las semillas, el tallo se curva hacia abajo como formando una espiral y se clava en el suelo, enterrándolas.
Los de la foto crecen entre el tapiz de hiedra que cubre el suelo.
miércoles, 8 de octubre de 2008
Llegó la lluvia, tan esperada!
viernes, 3 de octubre de 2008
miércoles, 1 de octubre de 2008
Los pendientes de mi jardín
Así lucen algunas de mis fushias. La de arriba, proviene del único esqueje que pude cogerle a la planta originaria. Languidecía y era presa de todas las plagas habidas y por haber. Desesperada, porque no hacía vida de ella, corté por lo sano y le cogí un esqueje, de la parte que me pareció más saludable. El resto de la plante la quemé. Y aquí está, luciendo sus galas. La flor es realmente hermosa.
La de arriba superior es una flor espectacular, por el tamaño, y sobre todo por el color de la corola, que ni es rosa ni salmón, o un poco de ambos.
La fushia de la drcha es muy pequeñita. Pasa casi desabercibida entre el follaje, es de un rosa tenue. Resulta una flor muy dulce.
domingo, 28 de septiembre de 2008
Más vale tarde que nunca
Encontré, por casualidad, hoy, estas fotos tomadas esta primavera. Son peonías silvestres que crecen en Moscosa. No son muy abundantes, es más, creo que tengo contabilizadas todas las matas que hay en toda la finca. Son plantas muy ligadas al roble, por lo que sólo se encuentran en la mitad oeste. Por Moscosa pasa la raya del melojo. Son plantas realmente preciosas, la flor puede llegar a tener más de 10cms de diámetro y el color es de un rosa intenso que contrasta vivamente con el puñao de estambres amarillos. Forma grupos que llaman la atención ya desde lejos. En la época de su floración nos paseamos todos los días de grupo en grupo sólo por el placer de admirarlas.
Hace veinte años me traje a mi jardín un trozo de raíz y aquí siguen, floreciendo año tras año.
Saciando el apetito
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