jueves, 2 de diciembre de 2010

Al rojo vivo

Al rojo vivo estaba el cielo de Moscosa cuando hice esta foto y así he estado yo unos cuantos días, los previos al saneamiento, segunda vuelta, que tuvimos ayer, miércoles. Cada año lo paso peor, y no es por la organización del evento, qué va. Cada año, mejor, todo va sobre ruedas, menuda experiencia de años lleva una encima! Esta vez, hasta teníamos encerradas las vacas desde el día antes. No, aquí lo único preocupante es acertar con el tiempo... El dichoso tiempo, que puede convertir la mejor organización en un desastre, no dejarte trabajar, o peor, que te cojas un buen constipado. Llevamos ya varios saneamientos con amenazas de agua que luego se quedan en poco y nos dejan trabajar, aunque con catarros posteriores. Así que, una semana antes, anda una ya al tanto de las previsiones metereológicas, que últimamente aciertan que da gusto. Y cuando todas son de frío polar y de nevadas, pues el cuerpo se le pone a una de todos los colores. Y llegado el día, pues amaneció con agua nieve, que se desvaneció pronto, menos mal, para dejarnos una mañana oscura y fría como ninguna otra que yo recuerde! Qué frío, madre mía! Menos mal que como no se para un minuto pues se aguanta. Pero teníamos previstp hacer un montón de cosas, y algunas hubo que aplazarlas para mejor momento. No separamos las vacas machorras, ni tactamos, ni separamos tampoco vacas abocadas, en fin, que se hizo lo que se pudo y gracias. Aún así, acabamos a las tres, y eso que empezamos en punto, que a las nueve y media la cadena estaba en marcha y el piscolabis de las doce fue rapidito, que lo que más hubiéramos agradecido hubiera sido algo caliente y no fue el caso.
Después de la comida y la sobremesa, momento gratificante donde los haya, y allá por las siete de la tarde, me derrumbé en el sofá y me dormí al calor de la chimenea. De allí a la cama. Ni cena ni ná. Que menudo día!

jueves, 25 de noviembre de 2010

Paseo por el jardín


Recuerdo cuando empecé a plantar mi jardín, de eso hace ya doce años. Qué lento resulta su crecimiento en los primeros años. El espacio que ocupan hoy los arbustos de la imagen me resultó un calvario mantenerlo libre de hierbajos durante varios años. Hoy es un bonito paseo al que voy a tener que poner en orden , tijera en mano! Pero mi preocupación más inmediata pasa por la ampliación del jardín. Aunque ya no me lo tomo como antes. Debe ser que no me encuentro con las fuerzas de que disponía hace uos años, cuando me pasaba horas cavando, o arrancando malas hierbas. Ahora planto árboles y arbustos, y ya crecerán.. Que todo llega en esta vida. Y tampoco tengo las prisas de los primeros años, que miraba y remiraba las plantas, como si con la mirada consiguiera hacerlas crecer. Tambiés es que ahora tengo una visión más amplia del jardín, o más global, no me importan tanto las plantas concretas como el conjunto. Veo las plantas como un armazón, eso sí, en constante evolución. Así que también cambia constantemente la visión del jardín. A veces uno no se da cuenta, por eso me gusta ver el jardín desde las esquinas, mirar desde el exterior hacia dentro. Y es que mi jardín está construído en capas concéntricas que parten de la casa. Es un jardín para vivir en él pero para ser visto desde fuera.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Llegó el hielo


Empezó ya a helar por la noche. No mucho, pero suficiente para amanecer todo blanco. Tuve que resguardar las fucsias a toda velocidad. En una tarde todas para adentro. Parece que se nos avecina un frío invierno, y seco. Porque llover ha llovido poco. Aunque con la climatología nunca se sabe. El año en que nació mi hijo, el 83, las primeras aguas cayeron precisamente el día de su nacimiento, el 24 de Octubre, y hubo una otoñada estupenda. Ojalá este año fuera similar, pero mucho me temo que no tendremos esa suerte.

martes, 26 de octubre de 2010

lunes, 25 de octubre de 2010

La gran fotógrafa que es mi hermana




Espero que mi hermana me perdone por publicar algunas de sus fotos sin su permiso, pero no he podido resistir la tentación. A mí me parece una fantástica fotógrafa. Tiene una gran colección de fotografías, realizadas todas con cámara digital compacta. Y es que no sé si son buenas o no técnicamente, eso no me importa, lo realmente estupendo de mi hermana es que sabe captar como nadie la hermosura de pequeños detalles, de la insignificancia, de objetos cotidianos, de las flores silvestres que despreciamos. Ella mira con otros ojos, o con otra sensibilidad, y de repente nos los muestra en preciosos encuadres, y como si fueran pinturas, desplegando colores y formas a veces sorprendentes.

viernes, 22 de octubre de 2010

Rosas


Este es Nube, el responsable de que en mi jardín crezca una maravilosa rosa, surgida de las raíces del patrón de un rosal que me arrancó. Bien es verdad que en un primer momento le llamé de todo, pero ahora le estoy muy agradecida. En estos días ando preparando esquejes de este rosal, aunque creo que será más sencillo arrancar un tallo con raíz. Lo que pasa es que nunca he probado a propagar las rosas de esta manera y quiero intentarlo. Creo que miento. Lo hice una vez, hace muchos años y se me dio fatal. Cuando vivía en el Pirineo cogí esquejes de varios rosales, preparé dos docenas, y sólo me enraizó uno. Eso sí, aquí está en mi jardín. Fue una lástima que no lo intentara más veces. Me gusta rescatar plantas de jardines abandonados y allí había un montón de rosas para rescatar. En la carretera de Fiscal a Broto, a la derecha, nada más salir de fiscal, en la entrada a un prado, había un rosal de flores pequeñas rojas que era encantador. En la entrada a Jánovas había otro de flores sencillas rosas. Ambos han desaparecido ya. Supongo que aún quedará uno realmente espectacular en la antigua entrada a la granja de cerdos que hay en la carretera de Francia pasado Escalona. En esta misma carretera, desaparecido, había otro rosal del que una vez corté un gran ramo de flores que inundó mi casa de una fragancia que no olvidaré en la vida. De todos ellos cogí esquejes, pero no me sirvió de nada. Sin embargo los tallos con raíz son fáciles. Tengo varios en el jardín conseguidos de esta forma. Uno de flores amarillas, de Ledesma, y otro de las casas de Mazán son los más bonitos. Sin embargo, hay uno que me trae recuerdos especiales. Lo cogí entre las ruinas de la abadía de Sieste, hoy reconstruída. Tiene una flor muy grande pero simple, sólo dura un día, el olor es insuperable y me recuerda a los rosales que crecían en la cortina de Maestre, donde de pequeños nos escondíamos jugando al escondite. No sé si es la misma rosa, pero a mi madre, cuando se la enseñé, le pasó lo mismo. Creo que debería llenar la ampliación del jardín con estas rosas, seguro que no me arrepiento. Va a ser el propósito para esta semana.

sábado, 16 de octubre de 2010

Preparando el terreno


Me encanta la tierra recién arada entre las encinas. Y en ello andamos estos días. Ha llovido lo justo para preparar el terreno para sembrar, ni una gota de más, más bien, de menos. Hay sitios en los que el tractor levanta hasta polvo. Mañana empezamos a sembrar las vezas-avenas para forraje. Y a esperar a que llueva para que nazcan. De momento frío. No me extrañaría que esta noche helara. Por si acaso resguardé algunas fucsias, las que estaban más expuestas. Todo es que mañana tenga que hacerlo con todas las demás. Me da mucha pereza. Y es que cuando llega este tiempo, más que en otoño, tengo la sensación de estar ya en invierno, en el largo invierno. Otros años parece que apetece el frío, empezar a sacar la ropa de invierno, pero este, no. Para nada. Me resisto a quitarme las sandalias, los pantalones de lino, y a cambiarlos por las botas y la pana.

jueves, 14 de octubre de 2010

Ahora sí, llegó el otoño


El partenociso quinquefolio teñido ya de escarlata, delante del tricuspidata aún de verde. Y el suelo, tapizado ya con las hojas amarillas del arce.

viernes, 8 de octubre de 2010

Trabajos de otoño


Llegado el otoño los trabajos se multiplican por todas partes. En semanas pasadas encerramos el ganado, para separar, por un lado, las vacas paridas con sus terneros, por otro las vacas abocadas y por otro las vacas machorras, amén de vacunar y desparasitar. Así que Oswaldo tuvo trabajo de lo lindo. Tactó todas las vacas, como se hace en Argentina y Uruguay, su país natal.
Y después preparar la sementera. A día de hoy ya hemos sembrado el centeno para herrén. Y nacido está también, a falta de que le caiga un poco de agua y se estire un poco. Aún queda por sembrar la veza-avena para forraje, y en ello andamos.

domingo, 3 de octubre de 2010

jueves, 30 de septiembre de 2010

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Veranillo de San Miguel





Después de una fresca semana disfrutamos de unos días en los que ha vuelto el calor, es el veranillo de San Miguel. Así que las abejitas andan como locas aprovechando las pocas flores que aún quedan, como en la imagen de arriba, en las flores de una hiedra. El jardín empieza a llenarse de bayas, las del durillo son las negras de arriba.

Primeras lluvias otoñales,euros caídos del cielo



No han sido muchas, pero más es algo que no nada. En total han caído unos cuarenta litros en lo que va de mes. De los primeros diez el campo ni se enteró. Después fueron dos o tres días seguidos a razón de 28 litros y parece que produjeron su efecto. El campo, de momento se ha vuelto verde. Verde, y pajizo de la hierba seca que aún persiste por todas partes, allí donde el ganado no aprovechó bien. En realidad es el verde el que asoma entre ésta. Han sido aguas bien caídas, a pesar de ser de tormenta, y qué tormenta la de la otra noche. Dos encinas han sido rasgadas por el rayo. Una imagen vale más que mil palabras. Menos mal que no habría ninguna vaquita cerca, porque no sería la primera vez que nos encontramos un animal chamuscado!
De momento esperemos que este jueves nos caiga algo más de agua, porque hoy, sembrando, se levantaba ya polvo, y para que crezca algo la hierba nacida, y así aliviarnos un poco el bolsillo!

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Se avecina el otoño



No hay muchas flores ahora en el jardín. Algunas rosas de té, que siempre florecen mejor en septiembre que en primavera, malvas y onagras dando sus últimos coletazos, dondiegos y por supuesto las fucsias de mi patio. Son las últimas del verano. Aunque también es verdad que ya apareció la primera del otoño, el pequeño ciclamen. Siempre aparecen las primeras flores justo donde les llega la humedad de los goteos, para después, con las lluvias otoñales formar pequeñas alfombras de color bajo el arce. Más tarde saldrán sus hojas moteadas.

martes, 14 de septiembre de 2010

Pendientes de la Reina


La fucsia de arriba es "Celia Smedley" y la de abajo "British Jubilee". Son dos de las mejores. La primera es de flores grandes, de un color impresionante. La segunda es de flor más pequeña pero doble. Este año esta última está dando lo mejor de sí. "Celia" no tanto, porque a principios de verano se me cayó y se rompieron las dos mejores ramas, así que la pobre está un poco hueca de vegetación, aún así está dando muy buenas flores, como ningún otro año. Creo que el sitio donde la he colocado este año es el suyo. Y es que el lugar donde las situo es fundamental para su desarrollo y posterior floración. Cada variedad tiene sus apetencias, hay fucsias que agradecen más sol y otras prefieren más la sombra. De hecho, tengo una que cogí en Asturias, en unas vacaciones, de esas plantas que crecen por doquier, que jamás recibe un rayito de sol, y sin embargo, crece y florece de maravilla. "Celia" no había florecido nunca mucho para mi desesperación, hasta este año. Ahora recibe la primerita el sol de por la mañana, y lo ha agradecido de forma infinita.
Seguiré poniendo más fotos de todas las variedades que tengo, veinticinco. Ayer estuve viendo la web del vivero francés donde las compré. Qué tentación! Pero si no tengo ya donde poner más!

viernes, 10 de septiembre de 2010

Algunas fucsias más de mi colección


Estas son algunas de mis fucsias, foto tomada esta mañana. La de arriba "Zulu Qeen" y la de abajo "Orient Expres". Compradas en Francia hace unos años. Zulu es muy propensa a ser atacada por la araña roja.

Un buen presagio


A pesar de que ha caído algo de agua, 8 litros para ser más exactos, aún el campo sigue seco como la mojama. Pero no deja de ser prometedor que las aguas nos hayan visitado tan temprano. Siempre he pensado que si las fiestas de Salamanca se mojaban era presagio de una buena otoñada. Así que, así andamos, esperando a que las primeras lluvias pasen a segundas y el campo reverdezca, más que nada porque coman mis vaquitas y de paso no tenga yo que andar aflojando todo el día la fratiquera! En tiempos de crisis ya podía portarse el tiempo y darnos alguna alegría a los ganaderos. Y que no me oigan los de la ciudad, para quienes llover es tener mal tiempo.. que digo yo que qué mas les dará. A ellos, porque a nosotros, la gente de campo, nos da y mucho. No es cuestión de estética, que también, si no de algo tan prosaico como el "dinero". La verdad es que los colores del verano también tienen su gracia, y en la dehesa es como tener una bandera tricolor, ocre en el suelo, una franja intermedia verde, de las encinas, y una franja azul celeste, en el cielo.

Más claro imposible,



lo mío son estas flores, por mí tendría mil variedades en el jardín, si tuviera sitio donde colgarlas en verano, y donde ponerlas a resguardo en invierno. Esto último es mi mayor quebradero de cabeza, sin que el anterior sea chico, porque las fucsias no admiten cualquier sitio a la ligera. Yo las tengo en un patio con porche orientado al este. Tienen el sol justo, el de primera hora de la mañana, y el lugar es fresco, pero aún así, en pleno verano, por las tardes el calor es agobiante y se resienten bastante. Suelo regarlas dos veces al día, y rociarlas con lluvia muy fina otras dos, práctica que agradecen sobremanera regalándome un montón de flores. A estas alturas del verano están en plena floración. Los días más frescos de septiembre obran milagros. Ahora mismo hay 25 variedades en flor. Aún tengo una que este año no ha florecido, tiene ya los capullos a punto de abrirse, la pena es que dentro de nada acabará la temporada. Un año más que se nos ha ido. Cuando yo tenía niños pequeños contaba los años por cursos escolares, después por temporadas de parto de mis vacas, y ahora por temporada de floración de mis fucsias!

jueves, 19 de agosto de 2010

martes, 9 de febrero de 2010

La ciudad encantada


La ciudad encantada, pero no de Cuenca, esto es Moscosa. Pedruscos así hay un montón. Este no es el más espectacular, pero sí es muy vistoso, y permite encuadres graciosillos sin recurrir al fotosop, que como no sé inglés no sé cómo se escribe.