viernes, 10 de septiembre de 2010
Un buen presagio
A pesar de que ha caído algo de agua, 8 litros para ser más exactos, aún el campo sigue seco como la mojama. Pero no deja de ser prometedor que las aguas nos hayan visitado tan temprano. Siempre he pensado que si las fiestas de Salamanca se mojaban era presagio de una buena otoñada. Así que, así andamos, esperando a que las primeras lluvias pasen a segundas y el campo reverdezca, más que nada porque coman mis vaquitas y de paso no tenga yo que andar aflojando todo el día la fratiquera! En tiempos de crisis ya podía portarse el tiempo y darnos alguna alegría a los ganaderos. Y que no me oigan los de la ciudad, para quienes llover es tener mal tiempo.. que digo yo que qué mas les dará. A ellos, porque a nosotros, la gente de campo, nos da y mucho. No es cuestión de estética, que también, si no de algo tan prosaico como el "dinero". La verdad es que los colores del verano también tienen su gracia, y en la dehesa es como tener una bandera tricolor, ocre en el suelo, una franja intermedia verde, de las encinas, y una franja azul celeste, en el cielo.
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