miércoles, 27 de octubre de 2010

Llegó el hielo


Empezó ya a helar por la noche. No mucho, pero suficiente para amanecer todo blanco. Tuve que resguardar las fucsias a toda velocidad. En una tarde todas para adentro. Parece que se nos avecina un frío invierno, y seco. Porque llover ha llovido poco. Aunque con la climatología nunca se sabe. El año en que nació mi hijo, el 83, las primeras aguas cayeron precisamente el día de su nacimiento, el 24 de Octubre, y hubo una otoñada estupenda. Ojalá este año fuera similar, pero mucho me temo que no tendremos esa suerte.

martes, 26 de octubre de 2010

lunes, 25 de octubre de 2010

La gran fotógrafa que es mi hermana




Espero que mi hermana me perdone por publicar algunas de sus fotos sin su permiso, pero no he podido resistir la tentación. A mí me parece una fantástica fotógrafa. Tiene una gran colección de fotografías, realizadas todas con cámara digital compacta. Y es que no sé si son buenas o no técnicamente, eso no me importa, lo realmente estupendo de mi hermana es que sabe captar como nadie la hermosura de pequeños detalles, de la insignificancia, de objetos cotidianos, de las flores silvestres que despreciamos. Ella mira con otros ojos, o con otra sensibilidad, y de repente nos los muestra en preciosos encuadres, y como si fueran pinturas, desplegando colores y formas a veces sorprendentes.

viernes, 22 de octubre de 2010

Rosas


Este es Nube, el responsable de que en mi jardín crezca una maravilosa rosa, surgida de las raíces del patrón de un rosal que me arrancó. Bien es verdad que en un primer momento le llamé de todo, pero ahora le estoy muy agradecida. En estos días ando preparando esquejes de este rosal, aunque creo que será más sencillo arrancar un tallo con raíz. Lo que pasa es que nunca he probado a propagar las rosas de esta manera y quiero intentarlo. Creo que miento. Lo hice una vez, hace muchos años y se me dio fatal. Cuando vivía en el Pirineo cogí esquejes de varios rosales, preparé dos docenas, y sólo me enraizó uno. Eso sí, aquí está en mi jardín. Fue una lástima que no lo intentara más veces. Me gusta rescatar plantas de jardines abandonados y allí había un montón de rosas para rescatar. En la carretera de Fiscal a Broto, a la derecha, nada más salir de fiscal, en la entrada a un prado, había un rosal de flores pequeñas rojas que era encantador. En la entrada a Jánovas había otro de flores sencillas rosas. Ambos han desaparecido ya. Supongo que aún quedará uno realmente espectacular en la antigua entrada a la granja de cerdos que hay en la carretera de Francia pasado Escalona. En esta misma carretera, desaparecido, había otro rosal del que una vez corté un gran ramo de flores que inundó mi casa de una fragancia que no olvidaré en la vida. De todos ellos cogí esquejes, pero no me sirvió de nada. Sin embargo los tallos con raíz son fáciles. Tengo varios en el jardín conseguidos de esta forma. Uno de flores amarillas, de Ledesma, y otro de las casas de Mazán son los más bonitos. Sin embargo, hay uno que me trae recuerdos especiales. Lo cogí entre las ruinas de la abadía de Sieste, hoy reconstruída. Tiene una flor muy grande pero simple, sólo dura un día, el olor es insuperable y me recuerda a los rosales que crecían en la cortina de Maestre, donde de pequeños nos escondíamos jugando al escondite. No sé si es la misma rosa, pero a mi madre, cuando se la enseñé, le pasó lo mismo. Creo que debería llenar la ampliación del jardín con estas rosas, seguro que no me arrepiento. Va a ser el propósito para esta semana.

sábado, 16 de octubre de 2010

Preparando el terreno


Me encanta la tierra recién arada entre las encinas. Y en ello andamos estos días. Ha llovido lo justo para preparar el terreno para sembrar, ni una gota de más, más bien, de menos. Hay sitios en los que el tractor levanta hasta polvo. Mañana empezamos a sembrar las vezas-avenas para forraje. Y a esperar a que llueva para que nazcan. De momento frío. No me extrañaría que esta noche helara. Por si acaso resguardé algunas fucsias, las que estaban más expuestas. Todo es que mañana tenga que hacerlo con todas las demás. Me da mucha pereza. Y es que cuando llega este tiempo, más que en otoño, tengo la sensación de estar ya en invierno, en el largo invierno. Otros años parece que apetece el frío, empezar a sacar la ropa de invierno, pero este, no. Para nada. Me resisto a quitarme las sandalias, los pantalones de lino, y a cambiarlos por las botas y la pana.

jueves, 14 de octubre de 2010

Ahora sí, llegó el otoño


El partenociso quinquefolio teñido ya de escarlata, delante del tricuspidata aún de verde. Y el suelo, tapizado ya con las hojas amarillas del arce.

viernes, 8 de octubre de 2010

Trabajos de otoño


Llegado el otoño los trabajos se multiplican por todas partes. En semanas pasadas encerramos el ganado, para separar, por un lado, las vacas paridas con sus terneros, por otro las vacas abocadas y por otro las vacas machorras, amén de vacunar y desparasitar. Así que Oswaldo tuvo trabajo de lo lindo. Tactó todas las vacas, como se hace en Argentina y Uruguay, su país natal.
Y después preparar la sementera. A día de hoy ya hemos sembrado el centeno para herrén. Y nacido está también, a falta de que le caiga un poco de agua y se estire un poco. Aún queda por sembrar la veza-avena para forraje, y en ello andamos.

domingo, 3 de octubre de 2010