Empezó ya a helar por la noche. No mucho, pero suficiente para amanecer todo blanco. Tuve que resguardar las fucsias a toda velocidad. En una tarde todas para adentro. Parece que se nos avecina un frío invierno, y seco. Porque llover ha llovido poco. Aunque con la climatología nunca se sabe. El año en que nació mi hijo, el 83, las primeras aguas cayeron precisamente el día de su nacimiento, el 24 de Octubre, y hubo una otoñada estupenda. Ojalá este año fuera similar, pero mucho me temo que no tendremos esa suerte.
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