Sí, en pocos días los robles están cambiando de traje. Han dejado el verde y lo están cambiando por el amarillo pajizo, y el encinar aparece salpicado de manchas por aquí y allá. Y es que por Moscosa pasa la raya del roble, de tal forma que en la mitad oriental ni uno, pero en la otra mitad la encina comparte mesa y mantel con el melojo. Quercus Pyrenaica como nombre de pila.
Creo que de todas las especies de robles, es el más resistente a la sequía. Dentro de poco la hoja se secará, pero permanecerá en el árbol durante bastante tiempo. Algún año he llegado a ver la hoja seca en el árbol hasta el momento de hincharse las yemas, en primavera.
Este año, tanto encinas como robles están especialmente atractivos, y es que debido a las lluvias abundantes del final de la primavera, durante el verano no han padecido estrés hídrico, y se nota en el follaje, abundante, y de buen color. Está cambiando el verde, despacio, sin premura. Pasear por el monte en otoño es un nuevo goce para la vista.
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