martes, 12 de junio de 2007

La venganza de las zarzas

A medida que he ampliado mi jardín he tenido que luchar contra las zarzas que todo lo invaden y que me rodean por todas partes. Al principio las arrancaba de raíz, lo que supone un gran esfuerzo, por el agujero tan enorme que hay que hacer, ya que en cuanto dejas una pequeña raíz, al cabo del tiempo vuelven a brotar. Cansada de tanto esfuerzo ahora me limito a segarlas y en los nuevos brotes, herbiciada de contacto, operación que hay que repetir numerosas veces hasta que crees que mueren, lo cual aún está por ver. No es que me guste mucho, pero es más cómodo. Es una lucha a muerte la que mantengo con las zarzas. Y mira que están buenas las moras en Septiembre, y no digamos la mermelada de mora! Es la única de las mermeladas que hago que gusta a todos, bueno la de castaña también. Pero no importa, cada cual tiene su sitio, y en mi jardín no lo hay para las zarzamoras. Hasta ahora he conseguido mantenerlas a raya, pero este año no sé si me ganarán la partida. Han tenido como aliados a los numerosos pájaros que anidan en mi jardín y a los que les gusta tanto las moras como a mí, de tal forma que no debe haber ni un céntimetro cuadrado que no contenga una diminuta semilla de zarza. El final de primavera lluvioso que hemos tenido las ha hecho germinar, y en estos momentos sufro la mayor invasión de zarzas que uno pueda imaginar. Llevo días intentando arrancarlas todas antes de que crezcan y se agarren a la tierra y sobre todo antes de que me vea obligada a regar con el goteo. Porque sin humedad morirían enseguida, pero con el magnífico riego que he montado, puedo tener montada, en realidad, una catástrofe.
Vamos, que si mañana me voy de viaje y vuelvo un año después, no encuentro ni casa, devorada por las zarzas!

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