El peso de esta mañana, 75,5 kg. Uff, lo que me está costando seguir la dieta. Un día por una razón y otro día por otra, hoy sin ir más lejos me he comido un trozo de bizcocho casero que ha traído mi hija, y un cachito de pan, me han sabido a gloria, esa es la verdad. Bueno, esto hará que la pérdida de peso no sea rápida pero no importa, lo importante es la perseverancia, y de esta aún dispongo de una poca. Lo que me está sentando fenomenal es andar todos los días un poco, 15 a 20 minutos. Salvo el domingo, no he fallado ningún día a mi cita con la caminata.
Sólo habré perdido un kilo, pero me siento muy ligera, como si fueran muchos más. A este ritmo serán dos kilos por mes, que es lo que me he propuesto, así que ¿de qué me quejo?
Esta semana será fundamental porque tendré pocas interferencias, o sea, pocas tentaciones, salvo la de hoy, de manera que el fin de semana creo que llegaré a los 75 kg sin problemas.
Cuando menos me cuesta seguir la dieta es cuando estoy sola en casa con mi marido, aunque él coma delante de mí cualquier cosa. Ahora bien, es venir los niños y todo se me trastoca por completo. Alteran mis ritmos y como más cantidad aunque no quiera, soy incapaz de tirar comida al cubo de la basura, ando todo el día rebañando sus platos, un trozo de chocolate que me encuentro por aquí, una galleta por allá, un trozo de pan en la mesa.... Continuas tentaciones, difíciles de soslayar.
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