domingo, 29 de julio de 2007
Y llegó la calor
Todo llega en esta vida, nada se queda para atrás. Así que llegó la calor, con más de un mes de retraso, pero llegó. Ya veremos lo que dura. Mi marido dice que tendremos agosto y septiembre de horno, pero lo mismo son dos días. Esta semana nos iremos unos días fuera, a cambiar de aires, a ver si se relaja uno, porque no salimos de apuros por todas partes. Tiemblo en dejar mi jardín, bueno el jardín no, que el goteo solucionó el problema de su riego; más bien tiemblo por las plantas que tengo en tiestos, porque aunque mi hijo se encargue de regarlas e intente hacerlo lo mejor posible, sus conocimientos de las necesidades de agua de cada planta dejan mucho que desear. El año pasado una gardenia pereció por escasez y una fushia casi, por exceso. Me tengo que plantear montar un sistema de riego por goteo para los tiestos, al menos para algunos. Así, el tiempo del riego lo puedo dedicar a la poda de las hiedras, que hay que ver lo que crecen. Cuando las plantas, se pasan dos o tres años que ni crecen ni abollecen, pero después, caramba! Tengo diez variedades diferentes en el jardín y de algunas me arrepiento hasta el infinito de haberlas plantado. Todo lo invaden y no hago más que podarlas. Claro que, cuando como ahora, aprieta la calor, la sensación de frescor que aportan es inigualable. Qui9zás compensen el trabajo.
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